2015
Siempre que llega un nuevo año,
viene con grandes expectativas; se llena uno de energías positivas y se
plantean propósitos para comenzar bien ese año que comienza y que lo cubre a
uno de buenas intenciones y de planes a seguir. Atrás queda una serie de
compromisos que no se cumplieron de sueños latentes y de enmiendas poco
realizables.
Lo cierto es que ese año que
apenas comienza, también es el comienzo de luchar por aquellos sueños que no se
alcanzaron pero no significa que no se puedan lograr tal vez, sencillamente,
hay que ponerle un poco más de tesón, de coraje y energía y se lograrán, más
los nuevos que surjan, claro está.
Una de las enseñanzas que me ha
dado la vida y lo he tomado como un modo de conducir mis actividades y mis
relaciones sociales es revisar y sopesarlas lo bueno dejarlo, lo regular tratar
de mejorarlo pero lo malo sì desecharlo por completo, no seguir ese nuevo año
con ese peso o fardo incomodo que no nos permite ver la luz del día.
Eso nos permite comenzar ese año
ligero de cargas pesadas que lo único que hace es sentirnos pesados y ver ese año nuevo como raro y con
pesimismo.
No nos de miedo ni temor, dejar
toda esa basura atrás, todo aquellos que no nos sirvió e hizo daño, adiós. Y
con optimismo objetivo afrontar los retos que, indudablemente, trae ese nuevo
calendario.
Los Astrólogos tienen cierta
razón cuando nos hablan como se comportan los astros al comenzar el año y que
influencia tienen sobre nosotros, cualquiera que sea nuestro interés y
pensamiento sobre ello, por algo desde el comienzo de la humanidad nuestros
antepasados miraban al cielo y le pedían mucha abundancia y prosperidad. Porque no hacerlo
nosotros, también.
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